LAS AVENTURAS DE ARISTOFANES COLUMBUS

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AVENTURA EN EL MAR DE ARABIA

En algún lugar cerca de la isla de Java.

Océano Indico.
En el Oriente muy, muy lejano.

CAPITULO 1º: UNA NOTICIA ALARMANTE

Hola amigos. Me llamo Aristófanes Columbus y soy pirata. Pero no un pirata cualquiera, sino un cerdo pirata. No, no os riáis ni extrañéis. Desciendo de una gloriosa estirpe de cerdos piratas, que sembraron el terror por todos los mares del mundo. De hecho mi tatarabuelo Trapisonda Black, navegó con el mismísimo Barbanegra, llegando a ser su segundo de abordo. Y mi primo Macabeo III, “Pies Sucios” se dedicó a este oficio con  tanto éxito, que le conocían como “Pezuña de oro”. Yo hoy ya no me dedico a asaltar barcos y cortar cabezas, sino que me he reformado bastante y pertenezco a la “Hermandad Negra de Oriente”.

La Hermandad somos un grupo de viejos bucaneros, que nos dedicamos a proteger y ocultar los tesoros piratas escondidos, que quedan enterrados por el mundo. Porque nadie, salvo los herederos de quienes ocultaron esos cofres en playas, selvas y bosques, tiene derecho a rescatarlos. Y como siempre están repletos de joyas, doblones de oro y lingotes de  de plata, pues suelen ser muy solicitados y bueno, a veces tenemos mucho trabajo.

Nosotros verificamos las credenciales de los descendientes de los piratas y estudiamos sus mapas y pergaminos. Si todo es auténtico les ayudamos a encontrarlo. Si no…, bueno pues eso, mejor prefiero no contároslo. También mantenemos a raya a algunos filibusteros y forajidos que todavía rondan por el mar y de vez en cuando vivimos alguna que otra aventura interesante.

Y de eso precisamente os tengo que hablar ahora. Voy a contaros una serie de peligrosos  sucesos que ocurrieron hace poco y en los que se vieron implicados un grupo de niños, que lograron rescatar a sus profesoras de las garras de un feroz pirata.   

Veréis, pues era un hermoso día de verano. En nuestra guarida todo era calma, pereza y aburrimiento. Yo, reclinado en mi tumbona, sorbía mi zumo de papaya y me deleitaba con los melodiosos acordes de las arpas javanesas. Desde luego, hacía mucho que los miembros de la Hermandad descansábamos y no vivíamos emociones fuertes. Ningún abordaje a barcos tesoreros, luchas con los piratas salvajes de Borneo, embestidas de krakens o mejor aun, dulces bailes con las sirenas ambarinas. Nada, nada había venido a romper nuestra calma y tranquilidad.

Mi primo Jim Ojo Tuerto miraba distraídamente el ordenador (si, ya se que os puede parecer extraño, pero los piratas, aunque naveguemos en galeones a vela y luchemos con espadas y arcabuces, usamos ordenador y algunas otras cosas más del mundo moderno). Estaba buscando distraídamente juegos de luchas corsarias, cuando de repente  comenzó a sonar la alarma de emergencia, que hace muchísimo que no se disparaba:.

¡MEEEEC!, ¡MEEEECC!, ¡MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEC!

Conmocionado y muy excitado, vino hacia mí, sacándome de una dulce ensoñación, en la que  Liana, la reina de las sirenas me pedía inagurar el baile mágico del fondo del mar.  Dándome un manotazo  me gritó:

- ¡Arriba Aristófanes! La alarma ha sonado. Seguro que algo interesante y guay está a punto de ocurrir.

Mi primo es un poco exagerado, así que con pocas ganas me dirigí a la pantalla del ordenador y comencé a leer. Sin embargo, a medida que veía más  y más, mi interés aumentó, mis carrillos se hincharon y volví a sentir en mí, el ardor pirata. Todos los que pertenecemos a la Hermandad Negra, lo llevamos dentro, por muy oculto y pequeñito que sea.

La noticia decía:

SECUESTRADO UN BARCO CON TURISTAS CERCA DE LAS COSTAS DE EGIPTO.

SE TEME POR LA VIDA DE VEINTICINCO NIÑOS Y UNA PROFESORA. NO, PERDON, DOS PROFESORAS.,

PARECE SER QUE PROCEDEN DE UN COLEGIO DE VALENCIA. ESPAÑA.

SE SOSPECHA DE LA INTERVENCION DE MUSTAFA DIENTES NEGROS EN EL ASUNTO.

¿Y QUE HACIAN ALLI?

Mnnnnn. Vaya, vaya. O sea que nuestro viejo conocido, Mustafá, el pirata más apestoso y maloliente de todo el Indico parecía tener algo que ver con el tema. No me extrañaba en absoluto. Desde nuestra última pelea en las orillas el Mar de Arabia, tarde o temprano esperábamos que volviese a las andadas.

De repente me asaltó una sospecha:

¿Un colegio de Valencia? ¿Veinticinco niños y una profesora?  ¡Ay! pues resulta que en esa ciudad viven algunos Hermanos que se nos han unido recientemente.  Muy preocupado por una oscura sospecha, empecé a leer los nombres de los niños:

Sara, Carlos, Joan, Ana, José Ignacio, Marcel, Laura, Coretta, Pablo, Mar, Helena, Joan M, Jose Enrique, Marc,  Noa …..etc, etc.. ¿Y el nombre de la profesoras?: Isabel y Xelo.

¡Por mil tifones! ¡Eran ellos! ¿Había miembros de la Hermandad en peligro!


 Aquello no  podía quedar así como así. Sin embargo no alcanzaba a entender que pintaban  por una zona tan alejada de Valencia aquellos niños.
Este es el malévolo Mustafá Dientes negros.

Rápidamente empecé a hacer una búsqueda de noticias por Google, que pudiera darme pista sobre aquello tan extraño. Y así empecé a hilar todo el tema: 

Parece ser que toda la clase había salido de excursión en un pequeño crucero turístico. Estaban celebrando el final del curso. Se habían juntado entre todos y le habían decidido regalar una fiesta sorpresa a su profesora. De hecho, también habían invitado a Xelo, su anterior maestra, que también estaba prisionera.

A principio el viaje había ido fenomenal. Salieron del puerto de Valencia y tras varios días de viaje, llegaron a Nápoles, donde hicieron una arriesgada excursión a lo alto del Vesubio. Luego, tras cruzar por el angosto estrecho de Messina, en el cual casi chocan con una ballena, pasaron  al Mar Egeo. En Grecia los niños querían visitar el  Monte Olimpo. Tras pasar unos días en Atenas, volvieron a navegar hacia Egipto.

Imprime este mapa y busca todos los sitios del viaje de los niños de la clase.  Si los unes con una línea, verás todo el crucero. Ten cuidado, porque para hacerlo mas dificil, te lo he puesto en inglés.

Pero una noche, cerca de Alejandría un oscuro velero se acercó al  barco. Hombres tenebrosos lanzaron garfios a las cubiertas y comenzaron a trepar por el casco. En un instante se hicieron con el mando y tomaron a todos los niños prisioneros.

             ¡Era indignante! No se podía consentir algo así


Me subí a lo alto de la torre  vigía y empecé a voltear a “Clementina”  la campana de alarma. Poco a poco, la explanada se lleno de piratas soñolientos que preguntaban que demonios le ocurría al cerdito pirata de siempre.  

- ¿Que pasa Aristófanes?

CONTINUARA…..